En los inicios de la gestión de proyectos era muy común asociar el término "proyecto" solamente al producto o al servicio que se comercializaba o se producía en nuestra empresa; tanto es así que los departamentos de dirección de proyectos estaban formados solamente por personas que respondían a un perfil técnico y comercial. En los últimos años esto ha ido cambiando, y actualmente nos resulta más común oír sobre proyectos internos.
Este tipo de proyectos, normalmente no responden a la típica definición de proyecto, pero nada implica que no puedan y deban ser gestionados de la misma manera. Los proyectos internos se caracterizan por estar dirigidos a la mejora de la gestión de la empresa, ya sea de una forma global o particularmente de uno de los departamentos que la forma.
Un ejemplo de proyectos internos, son los llamados proyectos de cambio organizacional. Este tipo de proyectos están destinados a brindar a la empresa una nueva estructura que asegure su mejora constante, mediante la adecuación de sus procesos organizativos. A veces solamente basta con estandarizar un poco lo que hacemos, en otros casos es necesario hacer análisis más exhaustivos y cambios más drásticos, pero de cualquier manera, el objetivo final es el aseguramiento de la capacidad de la empresa de mejorar y aprender de todas las experiencias que le sucedan.
Muchas veces, los proyectos de cambio organizacional buscan analizar la funcionalidad y la productividad de todos los departamentos, con ello se consiguen identificar indicadores que puedan ayudar a la mejora de la productividad, la necesidad de fusionar o independizar departamentos, o incluso la necesidad de externalizar procesos.
Ciertamente los proyectos de cambio organizacional implican en su mayoría, al colaboración de todos los departamentos que forman la empresa. Imaginemos que una empresa desea instalar un software de gestión tipo ERP, sería impensable que esta acción fuese llevada a cabo solamente por el departamento de informática, lo más recomendable para la elección de ese software de gestión es que participara el departamento comercial, el de recursos humanos, el de compras, y todos aquello cuyas labores pudieran verse afectadas antes, durante y después de la implantación de esta nueva herramienta.
Pero en este tipo de proyectos en donde todos tienen algo que aportar, quién debería llevar las riendas del mismo? La respuesta no es tan sencilla, aunque os proponemos una serie de preguntas a manera de guía que os ayudarán seguramente a definir quién es la persona más adecuada para gestionar el proyecto.
- ¿Quién ha propuesto el proyecto?
- ¿Quién se ve más afectado con su implantación? (positiva o negativamente)
- ¿Quién posee más experiencia liderando este tipo de proyectos?
- ¿Quién posee mejores relaciones interpersonales con el resto de los miembros del equipo?
- ¿Quién posee una carga de trabajo que le permita asumir este proyecto?
- ¿Quién se beneficia más de la implantación del proyecto?
- ¿Quién posee la autoridad suficiente para poder implicar al resto de miembros del equipo?